Esta es una de las especialidades que más nos ha gustado en nuestro reciente viaje por Bélgica. Los mejillones de estas tierras son muy sabrosos, más pequeños que los que acostumbramos a comer de Galicia, y proceden de las zonas costeras belgas. Los Moules au vin blanc, mejillones al vino blanco, receta tradicional belga, se sirven casi en cualquier restaurante por todo el país.

Para prepararlos se suele usar una olla especial con asas y tapa abombada, que sirve para servirlos además en la mesa. La tapa además nos servirá para ir poniendo las conchas.  El mismo día de nuestra vuelta de Bruselas he encontrado esta olla especial en las ofertas del Lidl, aunque cualquier cazuela con tapa nos servirá igualmente. Como curiosidad, decir que la costumbre es comerlos usando como pinzas una de las conchas de los mejillones.

En muchos restaurantes típicos, como en Chez Leon de Bruselas, en rue des Bouchers, tienen un menú tradicional que incluye cerveza belga y una olla de mejillones por persona, con patatas fritas a demanda. En la mayoría de los restaurantes se sirven además con diferentes recetas, muy ricos los mejillones con salsa de champiñones y nata, o los mejillones  con salsa de curry suave.

Ingredientes, 2 personas

2 kgr. mejillones, 2 cebollas, un tallo de apio, 200 cc. vino blanco seco, pimienta negra, 30 gr. mantequilla.

Elaboración

Es un plato muy sencillo y fácil de preparar. Primero debemos lavar bien los mejillones, quitando las barbas con un cuchillo, y desechando los que tengan la concha rota.

Se colocan los mejillones en una cazuela grande. Añade el apio y la cebolla, picados muy finos. Adereza con un golpe de pimienta molida y riega con el vino blanco. Tapa la cazuela y calienta a fuego vivo hasta que se abran los mejillones.

Añade entonces la mantequilla, remueve la olla varias veces y sirve al momento estos deliciosos mejillones al vino blanco, receta tradicional belga. Normalmente se acompañan de las frites, patatas fritas muy crujientes típicas, que a veces se pueden servir con mayonesa. Según me cuenta un amigo belga, las frites tradicionales todavía se siguen friendo en algunos lugares con una mezcla de aceite y grasa de vaca que les da ese sabor tan especial. Cuando los hago en casa me gusta mezclar un poco de mayonesa con mostaza de Dijon, o bien usar la Dijonnaise, una crema de mostaza muy suave.