Os preguntaréis qué diantres es angloindio. Pues algo de origen británico aclimatado a la India, exactamente lo que es esta sopa de tomate angloindia. Una adaptación al gusto del subcontinente de la clásica sopa de tomate británica, hecha por los cocineros indios que servían a los amos británicos. Con bastante más gracia, en mi humilde opinión, que el insulso original (al que suelen añadir puré de tomate y tomates enlatados, ay), y con un sazonado muy indio: chile picante, comino y jengibre fresco. Deliciosa y aromática.
Los que, como yo, hayan leído los libros de Los Cinco cuando eran pequeños, aparte de haberse quedado tocados para siempre, recordarán quizá que los cuatro muchachos comían de vez en cuando sopa de tomate, cocinada por la ínclita tía Fanny (no, creo que el perro no la comía). Qué supercosmopolita me parecía esa sopa a mí cuando tenía siete años. Bendita ignorancia. El aderezo indio la transforma afortunadamente en otra cosa.
Ingredientes, para 6-8 personas
1,5 kg de tomates maduros, 1 cebolla, 3 ajos, 1 guindilla fresca (la ferocidad de la guindilla, al gusto de cada cual), 2 cm de raíz de jengibre fresco, ½ cucharadita de comino molido, 4 cucharadas soperas de mantequilla clarificada o ghee (se puede sustituir por la misma cantidad de aceite de oliva), sal, nata líquida para adornar
Elaboración
Para darle un aire auténticamente indio a la sopa, tendrás que preparar el ghee o mantequilla clarificada. Esta es la grasa que mayoritariamente se usa para freír en la cocina india. Para obtenerla, se pone a calentar la mantequilla en un cazo muy despacio, sin que llegue a hervir, hasta que se aprecia que se separan sólidos blanquecinos en la superficie, pero sobre todo en el fondo. Se espuman los de la superficie y la grasa que sobrenada se va decantando con cuidado para separarla de los sólidos y del agua del fondo, bien vertiéndola, bien cogiéndola con una cuchara o cacito. Los señores Webos Fritos nos lo explican aquí muy bien.
Pela y pica finamente la cebolla. Sofríela lentamente en la mantequilla clarificada, hasta que esté lacia. Corta la guindilla y sofríela ligeramente con la cebolla. Pela y pica los ajos, pela y ralla el jengibre, y muele el comino, si no lo tienes molido (majado en un mortero es suficiente). Añade ajo, jengibre y comino a la cebolla, y sofríe brevemente.
Añade por último los tomates lavados y en cascos grandes, y tritúralo todo. Si haces esta sopa en Thermomix, no es necesario pelar los tomates, ya que la piel quedará perfectamente triturada. Si lo haces de otro modo, te aconsejo que escaldes los tomates en agua hirviendo 30 segundos para quitarles la piel.
Cuece todo durante 30 minutos, a velocidad cuchara y temperatura Varoma en la Thermomix. Al cabo de ese tiempo, tritura por completo, sazona con sal y prueba la sopa para ajustar la sazón si fuera necesario. Se sirve con un chorretón de nata líquida. Esta nata se puede colorear con azafrán machacado, dejándolo infusionar un ratito. Un buen pan indio, como el naan, es un acompañamiento perfecto.
Consejos, degustación
Con estas proporciones de ingredientes, si la guindilla es fuertecita, la sopa también sale bien picantona, así que los que gustan del picante la adorarán.
Esta receta está inspirada en una preparación de un precioso libro escrito por una antigua colonizadora de la India, Curries and Bugles, donde destila toda su nostalgia por el Raj británico, ese mundo privilegiado que los británicos tuvieron que abandonar en 1947. Yo también sentiría nostalgia si hubiera vivido como ellos. Pero es lo que tiene haber leído mucho a Kipling.
Eso sí, os recomiendo encarecidamente que toméis esta sopa de tomate angloindia con un buen naan como este, el delicioso pan plano indio, parecido al que veis en la foto, que llevaba comino y alcaravea y que publicaré próximamente en mi blog.