Seguimos con recetas refrescantes. Aunque le haga publicidad a la marca comercial, debo reconocer que soy un adicto al solero de mango y vainilla, uno de mis helados favoritos. Viendo el otro día la maravillosa receta de magnum de chocolate de nuestra amiga Pam, se me antojó hacer esta versión casera del clásico helado de vainilla cubierto de crema de frutas tropicales.

Reconozco que es un poco laborioso, y hasta me he buscado los moldes de silicona para prepararlos, imprescindibles, pero el resultado merece la pena, como verás.

Ingredientes, para unos 8 soleros

Para el helado de vainilla: 400 cc. leche entera, 100 cc. nata espesa, 5 yemas de huevo, 160 gr. azúcar, 30 gr. maizena, una vaina de vainilla (las semillas, o un sobre de azúcar vainillado).

Para la cobertura de mango: un mango muy maduro, zumo de medio limón, 30 gr. azúcar en polvo.

Elaboración

Empezamos preparando la crema inglesa para el helado de vainilla. Si lo preparas al modo tradicional calienta la leche con la nata y el aromatizante, y cuando rompa a hervir, baja el fuego y añade la carga con las yemas bien mezcladas con el azúcar y la maizena.

Remueve al fuego, sin dejar de batir, hasta que la crema empiece a espesar, al punto de rosa, es decir, cuando la crema cubra bien el dorso de una cuchara. Es muy importante que no hierva ya que se cortaría.

Si usas Thermomix, introduce dentro del vaso todos los ingredientes y deja cocinar 8 minutos a 90º, velocidad 3-4. Ahorra bastante trabajo, la verdad.

Aparta y deja enfriar. Remueve y rellena los moldes del helado, de silicona. Introduce el palito y deja congelar 5-6 horas, mejor toda la noche.

Tritura la pulpa de mango con el azúcar y el zumo de limón, para hacer un coulis espeso. Pasa a una bandeja y deja que llegue a un punto cercano a la congelación.

Desmolda los polos de vainilla con cuidado. Bate un poco la crema de mango, a medio helar, y cubre los polos con la misma, repasando con una cuchara o espátula, para que quede liso. Hay que trabajar rápido, para que no se descongele mucho. Vuelve a congelar hasta el momento de servir este delicioso solero de vainilla y mango, toda una tentación para el verano. Te sorprenderá el contraste entre el punto ácido de la cobertura de mango y el dulzor de la crema de vainilla del interior.