Pastilla de caldo de pollo Avecrem © José Maldonado

Pastilla de caldo de pollo Avecrem © José Maldonado

Aunque prefiero un buen caldo de pollo casero, es verdad que no siempre tenemos tiempo de preparar una olla de caldo en casa. Por eso, y desde hace muchos años, las amas y amos de casa españoles siempre tenemos a mano unas pastillas de caldo concentrado, muy prácticas en la cocina. Anoche me apetecía tomar una sopa, así que eché mano de la despensa y descubrí, para mi sorpresa, la nueva presentación de las pastillas de caldo de pollo Avecrem.

Aunque en el mercado hay muchas marcas muy buenas, normalmente utilizo las marcas más conocidas, como Maggi o Avecrem, aunque me gusta mucho el Doble Caldo de Carne de Knorr, sobre todo para estofados y salsas de carne. Y es que son productos infinitamente más baratos que las presentaciones en bricks, de caldos envasados, e incluso que un caldo casero, que requiere comprar carnes y hortalizas, aparte de una larga elaboración.

En estos momentos en los que el ahorro es importante, las pastillas de caldo han visto un renacimiento, cuando el mercado estaba siendo copado por los caldos envasados. Y es que, aparte del precio económico, las pastillas concentradas son fáciles de almacenar y transportar, y de larga caducidad y muy fáciles de usar. Además son más versátiles, ya que las podemos usar para aderezar guisos y asados, aparte de salsas, estofados, arroces y sopas, claro.

Lo primero que me ha gustado de la nueva presentación de Avecrem es el cómodo empaquetado de las pastillas, ahora con una pestaña que las hace mucho más fáciles de abrir, recuerdo que antes venían pegadas y había que usar un cuchillo para despegarlas. Un detalle que parece sin importancia, pero que se agradece. Otra mejora es el aspecto y textura de la pastilla, que ahora incluye trocitos de hierbas y verduras, con un “look” más natural, por así decirlo.

Si mezclamos una pastilla con medio litro de agua caliente, obtenemos en unos instantes un caldo sustancioso, y que ahora se parece mucho más al caldo envasado, con un color más blanquecino y un sabor suave a pollo y verduras. En conjunto me parece más natural, y ciertamente menos salado y graso, una de los inconvenientes de muchos caldos. Además, según reza en el envase, es bajo en grasas, sólo un 0,2% de materia grasa, que en parte es vegetal y aceite de oliva.

Pero no queda muy claro, ya que al leer la letra pequeña se trata de un porcentaje del producto cuando está “listo para el consumo”, se supone que ya diluido con agua, es de suponer que la concentración en la pastilla es muy superior. Así, no puedo comparar su porcentaje con otras marcas, en las que se indica el contenido en el producto concentrado, no en el diluido, y que puede llegar al 20% de grasas, como en el caldo de carne de Knorr.

En lo referente a la “cata”, debo reconocer que me ha gustado esta nueva presentación del caldo de pollo Avecrem, con un aspecto y sabor más naturales, menos salado. Con unos fideos tendremos en pocos minutos una sopa muy aceptable, que podemos enriquecer con unas hojas de perejil y unos taquitos de jamón. Es de agradecer que se actualicen estos productos “clásicos”, que llevan sin apenas cambios varios lustros en nuestras cocinas.