pluma
Siguiendo con nuestros consejos sobre la creación de blogs, aparte de que los contenidos sean interesantes, no hay que olvidar unos puntos básicos en la edición. Recordemos que cualquiera puede leer nuestros posts, así que hay que usar un lenguaje accesible, sencillo, fácil de entender por todo el mundo.

Además, la mayoría de nuestros lectores no son profesionales, sino amas o amos de casa que buscan una ayuda en la cocina, en forma de recetas o consejos, así que huyamos de tecnicismos propios de los cocineros, y si los usamos, debemos explicarlos para evitar luego tener que estar dando explicaciones aclaratorias.

Así, al redactar, evitemos términos frecuentes en cocina como “cortar en brunoise” o “en concasse”, “espalmar”, “sauté” y cosas así. Diremos “picar muy fino”, o “en dados”, “aplanaremos con un rodillo”, “sartén”. Hay mucha gente que evidentemente conoce estos términos del argot de los cocineros, pero otras muchas no, así que no nos compliquemos. Igualmente, cuando usemos ingredientes exóticos o poco conocidos, intentemos aclararlo, o incluso, como yo suelo hacer, dedicarle un post completo y luego ponerle el enlace. Aunque es verdad que siempre queda la posibilidad de dar explicaciones en los comentarios, pero no todo el mundo los leerá.

El tono al redactar es otro aspecto importante. Muchos blogs que leo cada día son quizás excesivamente personales. Con esto no quiero decir que no haya que ser personal, pero hay algunos en los que el autor se pierde en divagaciones más o menos íntimas, algo que está bien en general. Pero seamos claros, si escribimos para que nos lean, hay que hacer los contenidos asequibles y atractivos. Siendo sinceros, la mayoría de los lectores buscan una receta o resolver una duda, con lo que nuestras cuitas personales les importan más bien poco, salvo a los amigos o seguidores más asiduos.

Mi consejo en este aspecto es usar un tono informal, personal y directo, como si hablaras con un amigo, evitando dar lecciones magistrales, o el tono demasiado encorsetado y académico que se encuentra en algunos blogs, excesivamente literarios. No es lo mismo escribir un blog que en un periódico, una revista o en un libro, usaremos un tono diferente en cada caso.

Y por supuesto, una recomendación básica, usar el corrector de word con asiduidad. Aunque sepamos escribir perfectamente, muchas veces se escapan acentos o incluso faltas de ortografía más graves, por la rapidez con que se trabaja en internet. No hay nada que cause peor impresión que un blog con estas faltas. La forma de evitarlo es editar en word, que es lo que yo hago habitualmente, y revisar varias veces los post, antes y después de publicarlos. Os puedo asegurar que siempre se escapa algo. No pasa nada si lo hemos publicado, se modifica sin problema. Nuestros lectores lo agradecerán.

Evitemos también el uso de puntos suspensivos, los párrafos muy largos (mejor de tres o cuatro líneas), las mayúsculas, o el abuso de los signos de exclamación o interrogación. Son reglas de estilo que hay que asumir. Además, por la singularidad de internet, evitemos en general los post de más de 5-6 párrafos, ya que la mayoría de la gente no pasará más allá del segundo o tercer párrafo.