Ya sabéis que me gustan mucho los panes, tanto hacerlos como comerlos, y los usos en cocina del pan son muchos, desde unas simples migas a sopas más elaboradas. En mi reciente visita a Oporto descubrí uno de sus panes más conocidos y apreciados por los portugueses del norte, la broa de Avintes, un curioso pan oscuro con forma de torre.
Se trata desde luego de una rareza, con su extraño aspecto yo diría que medieval, oscuro, pesado, denso y espolvoreado de harina. A diferencia de la broa de milho (pan de maíz), más ligero y hecho de harina de trigo y una variedad de trigo blanco de la zona, esta broa se hace con harina de centeno y mijo, cereal este último poco usado hoy día.
El proceso de elaboración parece muy largo, seguramente fermentado con masa madre, a la vieja usanza, y el horneado se prolonga durante cinco o seis horas. Se consigue así un pan de color castaño oscuro, denso, de sabor intenso y algo agridulce, con una miga muy compacta y de textura algo humeda.
Una gran ventaja es que se conserva perfectamente, y tierno, sin refrigeración, durante muchos días, seguramente gracias al contenido en humedad que evita se reseque. El sabor recuerda un poco a los panes de centeno suecos, y si lo cortamos en rodajas finas podremos usarlo para preparar aperitivos, servido con mantequilla, pescado o patés. Por cierto, no dejes de probarlo con alguna de las excelentes mantequillas locales, de intenso sabor, de venta en las manteigarias, o un poco de queso de oveja portugués.
Se ha creado una cofradía (asociación) para la protección de la Broa de Avintes. Avintes es el puerto de Vilanova de Gaia, justo al otro lado del Duero en Oporto, y donde se situan las famosas bodegas donde envejece el Oporto. A finales de agosto celebran una fiesta para celebrar su broa (fista de la broa).
¡Qué pasada de pan…! Bueno, ese y todos los de la foto.
El otro día vi una entrevista a un joven panadero que intentaba recuperar (o reinstaurar) con su establecimiento y sus productos artesanales el placer y la sana costumbre de comer pan.
Explicaba que, si seguimos así, de aquí a pocas generaciones no se recordará el sabor que tiene el pan de verdad, recién hecho.
Personalmente le doy toda la razón, después de comprobar la guerra de precios iniciada entre diferentes establecimientos a mi alrededor -panaderías o no- por barras de pan precocinadas que no saben a nada…
Pepe, he descubierto un blog que, si no lo conoces, creo que te encantará. Es todo de panes y muy interesante. Ya te pasaré el link.
Un abrazo y sigue disfrutando ;-)
Bueno, tanto en Galicia como en esta zona de Portugal se aprecia mucho el pan artesano. cerca de Coruña está Carral, donde hacen uno de los panes más famosos de aquí, el pan de Carral, luego hay muchas clases de panes portugueses, y no digamos la repostería.
Os recuerdo un post que escribí sobre el tema:
https://pepekitchen.com/articulo/comer-pan-es-sano-y-no-engorda/
Si te acercas por la Serra da Estrela podrás visitar el Museo del Pan en el pueblo de Seia, toda una delicia para un amante del pan. La broa que has mencionado parece muy apreciada por el público y curiosamente es difícil de cortar.
Hola, Francisco. Me han hablado muy bien de la Sierra de Estrela, de hecho me traje un excelente queso de oveja de aquella zona, que compré en Porto. Bueno, es verdad, resulta un tanto contundente ese pan, pero está muy rico.
No conocía el mueso del pan que dices, voy a tener que volver por allí a descubrirlo. Creo que Portugal sigue siendo el eterno desconocido para muchos españoles, y es una pena.
Un saludo.