crumble de tomates, piñones y parmesano - 2

Todo plato tiene su historia. En nuestro último viaje por tierras belgas aceptamos la invitación a cenar de nuestra amiga Laurence, en su acogedora casa de Bruselas, de estas de ladrillos rojos. Me gustó su cocina, con grandes ventanales que dan al típico jardín trasero, en una casa centenaria que han decorado con mucho gusto. Uno de los platos de la cena fue un delicioso y original crumble de tomates, piñones y parmesano, que he preparado hoy a mi manera.

Los crumble son tartas más propias de la cocina británica y del norte de Europa, hechas con frutas sobre un molde, con una cobertura crujiente de mantequilla, harina y azúcar. Hace poco Miriam nos sorprendía con este delicioso crumble danés, y rebuscando he recordado mi receta de crumble de frutos secos para servir la pasta. Esta receta se le dedico a Laurence, agradeciendo su amabilidad por recibirnos en su casa y cocinar para nosotros una cena tan rica, incluida la deliciosa tarta de mousse de chocolate belga.

Ingredientes, 4 personas

1 kgr. tomates maduros, un ramillete de albahaca, 50 gr. piñones, 120 gr. pan rallado, 50 gr. parmesano o grana padano rallado, sal, 115 gr. mantequilla sin sal, aceite de oliva, para el molde.

Elaboración

Precalienta el horno a 200º. Mezcla la mantequilla con el parmesano y el pan rallado, y 40 gr. de piñones picados groseramente, amasando hasta que quede una masa espesa y grumosa. Puedes usar una batidora, poniendo en el vaso los ingredientes, con los piñones enteros y pelados, batiendo unos segundos. He utilizado thermomix, 6 segundos a velocidad 5.

Unta con un pincel el fondo y las paredes de un molde de cerámica refractario. Corta los tomates en rodajas finas. Rellena el molde con capas de tomates y hojas de albahaca, salando ligeramente. Si quieres añade una pizca de pimienta molida. He sazonado además con una pizca de azúcar, para potenciar el dulzor natural de los tomates.

Cubre con la masa de parmesano y mantequilla, formando grumos. Decora con los piñones restantes, espolvorea con un par de cucharadas de pan rallado, añade un hilo de aceite y hornea a 180º unos 20-25 minutos, o hasta que el crumble de tomates, piñones y parmesano quede bien dorado y crujiente. Sirve templado.  Como posibles alternativas se me ocurre que quedaría muy bueno con unas anchoas, añadidas a los tomates, o unas alcaparras, si os gusta un toque mediterráneo.