Hasta hace pocos años los celíacos en nuestro país lo tenían muy complicado para poder cocinar y mantener una dieta más o menos equilibrada. Afortunadamente, cocinar sin gluten es cada día más fácil gracias al esfuerzo de asociaciones de afectados, sobre todo la FACE, que han luchado por que las grandes cadenas de alimentación y restaurantes ofrezcan alternativas sin gluten en alimentos básicos. En casa no tenemos este tipo de problemas, por lo que hasta ahora no me había decantado por cocinar recetas para este colectivo, aunque la demanda es cada vez mayor, sin duda.
Precisamente hace unos días he tenido la oportunidad de probar un lote de productos del fabricante especializado Schär, y he quedado gratamente sorprendido por el sabor y textura de galletas, crackers y pastas sin gluten, entre otros. No me imaginaba la variedad de productos que nos ofrecen, y que afortunadamente se pueden encontrar ya en los mejores supermercados.
Para la ocasión, siendo un gran amante de la pasta y cocina italiana, he preparado la versión para celíacos de una deliciosa receta que probé el otro día en un restaurante cercano, unos macarrones sin gluten gratinados con una salsa de carne y verduras, una boloñesa “bianca”, es decir, sin tomate.
La pasta sin gluten Schär está hecha con varios cereales, entre ellos el mijo, un cereal primitivo recuperado para estos productos. Además, si quieres consultar establecimientos sin gluten puedes descargarte la aplicación GlutenfreeRoads en tu móvil o tablet. Además puedes seguirlos en redes sociales, en sus perfiles de Facebook y de Twitter.
Ingredientes, 4 personas
500 gr penne Schär (macarrones sin gluten), 100 cc aceite de oliva virgen extra, 500 gr carne de cerdo (magra, jamón lomo o paletilla), 1 cebolla, 4 dientes de ajo, 3 ramas de apio, 3 zanahorias, 250 cc vino blanco, 200 cc agua (o caldo casero de pollo), sal, pimienta recién molida, 1 hoja de laurel, 1 cucharada de orégano (usa especias envasadas, no a granel). Parmesano rallado, para servir.
Elaboración
Para asegurarnos que la carne no lleve aditivos, en esta ocasión pica la carne directamente en casa, con la picadora. Calienta el aceite en una cazuela de fondo grueso. Añade la cebolla y los ajos, picados finos, junto con las zanahorias y el apio, picados. Saltea a fuego medio unos 10 minutos. Añaden entonces la carne y sigue cocinando hasta que quede dorada.
Riega con el vino y un poco de caldo o agua. Añade un poco de sal, pimienta, orégano y laurel. Lleva a ebullición y cuece 50 minutos a fuego lento, removiendo con frecuencia, mejor con la olla tapada. Debe quedar una salsa densa y espesa. Añade algo más de agua o caldo, si ves que quedara muy seco durante la cocción.
La salsa se puede hacer con antelación, y guardarla en el frigorífico, se conserva bien varios días, o si la quieres conservar más tiempo la puedes congelar sin problema. A la hora de servir cuece la pasta en abundante agua salada. Sigue los consejos del fabricante en tiempo de cocción, recomienda unos 10-12 minutos, según te guste más o menos al dente. Aparta y escurre.
Unta con aceite una fuente de horno refractaria. Mezcla la pasta con la salsa de carne y vierte en la bandeja. Espolvorea con el parmesano y gratina en horno fuerte o bajo el grill unos minutos, hasta que se dore un poco. Sirve al momento.
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