Hoy traigo uno de esos platos de cuchara que tanto le gustan a Pepe, las lentejas. Pero estas son unas lentejas con foie gras, una combinación de sabores que a primera vista puede parecer chocante, pero que a nuestros vecinos galos les resulta muy familiar. Y como en tantas otras cuestiones culinarias, los franceses aciertan: estas lentejas están de muerte.
Nada más sencillo de preparar que unas buenas lentejas bien sazonadas y un foie fresco o mi-cuit como acompañamiento. Un plato perfecto para el recién estrenado otoño, para degustar cuando ya arrecia el fresquete. Y para sorprender a los invitados que piensan que las lentejas son una cosa vulgar y corriente. Nada más lejos.
Ingredientes para 4 personas
250 g de lentejas pequeñas (Puy o pardina), 300 g de foie fresco o mi-cuit de pato o de oca, 1 cebolla, 50 g de panceta, hierbas para hacer un bouquet garni (perejil, romero, laurel, apio, etc., y un trozo de puerro para envolverlo, o una gasa), aceite de oliva virgen, mostaza de Dijon o vinagre balsámico (facultativo).
Elaboración
Prepara primero las lentejas. Ponlas en remojo la noche anterior. Al día siguiente, prepara el bouquet garni poniendo las hierbas en una tira de puerro o en una gasa, que se ata para que no se desperdiguen las hierbas en el guiso. Pon las lentejas en una cazuela con el bouquet garni y llévalas a ebullición.
Mientras, pica finamente la cebolla y sofríela en el aceite hasta que esté transparente. Añade la panceta cortada en trocitos y saltéala a fuego vivo. Vierte la mezcla de cebolla y panceta en las lentejas. Cuécelo todo hasta que las lentejas estén tiernas, lo que dependerá de su tipo y calidad. Desecha el bouquet garni. Sala y prueba para ajustar porque la panceta aporta sal.
Cuando vayas a servir las lentejas, corta tajaditas del foie gras y pásalas brevemente por una plancha caliente si usas foie gras fresco (vuelta y vuelta, dicen los profesionales). Si usas el tipo mi-cuit, se añaden las tajadas tal cual. Sirve las lentejas calentitas, tan caldosas o tan secas como te guste, y corona cada plato o cuenco con una tajada de foie. El foie fresco suelta mucha grasita al marcarlo en el fuego, hay quien prefiere no añadir esta grasa a las lentejas, yo sí la añado. De perdidos al río.
Consejos, degustación
No os olvidéis de añadir el bouquet garni, porque realmente el romero (que es lo que yo suelo usar) les da un sabor fantástico a las lentejas, al igual que una buena panceta.
Al servir las lentejas puedes añadir un chorrito de vinagre balsámico o una cucharadita pequeña de buena mostaza. Hay quien dice que la costumbre castellana de añadir vinagre a las legumbres mejora la digestión, pues modifica el pH del estómago. Y hala, a degustarlas al sol de otoño en una terracita, si es posible, con un buen jersey.
Si alguien se pregunta de dónde ha salido esa cazuela tan coquetona, es cerámica popular de un alfarero de Güéjar Sierra, Granada. En esa zona sirven las sopas en esa preciosidad de marmitas enanas.
Y en otro orden de cosas, quiero agradecer a la autora de uno de mis (muchos) blogs favoritos, Cristina, que me diera a conocer estas lentejas con foie gras, receta que se ha incorporado al acervo culinario de mi casa con todos los honores. Mi preparación sigue la suya casi al pie de la letra.