Cuando visito una ciudad o pueblo, intento siempre descubrir sus productos locales, más o menos típicos, y para esto lo mejor es visitar sus mercados y tiendas. El pasado fin de semana hemos estado en Oporto, y aunque el motivo principal de mi visita ha sido descubrir sus vinos y bodegas, como ya os hablaré, me ha sorprendido el mercado central de Oporto, Mercado do Bolhão.
Está situado muy cerca de una de las vías comerciales más concurridas de la ciudad, la de Santa Catarina, y junto a la estación de metro de Bolhão. Lo primero que llama la atención es su espectacular fachada, sorprendentemente sin azulejos, y que transmite una sensación de elegancia y grandiosidad que desaparece rápidamente en cuanto cruzamos una de sus puertas, ya que el estado de abandono es notable.
Al entrar descubrimos un amplio patio porticado, con varios niveles. El espacio central está ocupado por numerosos puestos de madera, acogidos bajo antiguas estructuras a modo de tejados, que protejen de las lluvias. A pesar del evidente deterioro del edificio, es muy agradable el paseo, y abundan los vendedores de flores, que dan un toque colorido muy apreciado por los muchos turistas que deambulan por allí.
Hay de todo, repartidos por zonas se encuentran los puestos de pescados, carnes, verduras, frutas y legumbres. Los más llamativos los que venden pan, quesos, pasteles, cereales y especias. También se venden baratijas, adornos y algunas cerámicas y objetos de madera. Todo muy tentador, y si te descuidas, sales cargado de un montón de cosas, aunque hay que reconocer que todo resulta muy barato. Y es que los portugueses son buenos vendedores, y se agradece que siempre te reciban con una sonrisa.
Era un poco tarde y muchos puestos ya estaban cerrados, sobre todo los de pescados y carnes por lo que imagino es mucho mejor ir temprano, recordando que cierra los domingos. Además se puede picar algo dentro, o incluso comer en alguno de los bares, cafeterías y restaurantes que hay adosados a la fachada. Si vas por allí no dejes de visitar una famosa tienda de fachada modernista, en la cercana Rua Formosa, llamada A Pérola do Bolhão, donde se pueden adquirir quesos de oveja portugueses, vinos de Oporto, licores, frutos secos y embutidos, como el chorizo ahumado que se usa para el caldo verde y otros guisos.
Como seguro caes en la tentación de comprar algún pan de maiz, broa de milho, quesos de oveja y cabra, frutas y embutidos, es mejor aparcar el coche cerca, en alguno de los centros comerciales de la zona. La visita ha merecido la pena, a pesar del deterioro del edificio, aunque quizás en eso resida su encanto. Esperemos que la remodelación anunciada respete la estructura original.
Muy bien narrado todo Pepe, las fotos una maravilla… qué cielo más azul. Portugal es precioso, conservan mejor el tema de los bosques y parques naturales pero es en las ciudades donde se nota cierto abandono y a mi por lo menos esa fue la impresión que me dió, cierto es que tienen monumentos y edificios históricos muy importantes…. pero choca a veces con el entorno.
Además conducen cómo locos!!!, pero se come de maravilla y la gente es agradable como tu bien has dicho.
Pepe muy bien, eres un estupendo reportero!!!
Un abrazo y cuidate :-)
Jaja, gracias, Inma. Confieso que cada vez me gusta más Portugal, sus gentes, sus paisajes, las ciudades…y sobre todo sus vinos y comidas. Creo que en España todavía los miramos como el «vecino pobre», pero estamos muy equivocados, tendríamos que aprender mucho de ellos.
Tengo muchas cosas que contar de este viaje, os tendré informados.
Un abrazo.